viernes, 9 de marzo de 2012

El complejo de Casandra (Mitos Griegos IX)

 

CASANDRA
 

En la actualidad, este síndrome viene a ser padecido por personas que no son creídas o creen no serlo. Sobretodo lo padecen mujeres que han sido violadas o creen haber sido violadas. Tanto en el caso de Casandra, como en el de estas mujeres, el descreimiento siempre acaba en tragedia. En la actualidad, los casos más leves desarrollarán una neurosis o síntomas psicosomáticos y en los más graves una psicosis. Algunas mujeres que no son creídas, pueden llegar a ser consideradas responsables del abuso.
http://sogradargos.blogspot.com/2006/10/sndrome-de-casandra.html
CASANDRA
El dios Apolo era un gran seductor. Casandra, princesa troyana, hija de los reyes Príamo y Hécuba, lo cautivó por completo. Así, el Dios del Sol empezó a seguirla allá adónde iba. Casandra tenía mucha personalidad, y conocía sobradamente el temperamento superficial y enamoradizo, así como voluble y caprichoso de Apolo, por lo que se mostraba más que reacia a cualquiera de sus intentos de aproximación. Desesperado, le prometió un don divino: el de la adivinación, si accedía a ser suya voluntariamente. Así, fue instruyéndola en el arte de la profecía, deslumbrándola. Llegó un momento en que la hermosa y joven princesa se sintió tan poderosa con su nueva gracia, que cuando su dador la reclamó, le rechazó henchida de orgullo.
El Dios solar, engañado y burlado como se sentía, al tiempo que amargado por su notorio fracaso, se vengó de ella en silencio: le privó de la persuasión. Quedó pues condenada fatalmente a que sus pronósticos no fueran creídos. Así, cuando Paris trajo a Helena a Troya, advirtió que la catástrofe y la desgracia se cernirían sobre la ciudad. Todos la tomaron por loca y la despreciaron. Desconocía que su frustrado enamorado le había quitado el poder de convicción, y no entendía porqué si sus vaticinios acababan cumpliéndose, nadie la creía jamás. Para los demás, ella no era sino una especie de vidente ridícula y tarada. Intentó entrar en vano la entrada a la ciudad del Caballo de Troya (sí, de ahí viene el nombre de los virus informáticos tan en auge en este segundo milenio: los troyanos o puertas traseras que permiten que nuestros PC sean controlados remotamente por un hacker, y que se cuelan sin percatarnos…), lleno de guerreros aqueos, advirtiendo que se trataba de una trampa. Una vez más no la dieron crédito. Uno de los guerreros aqueos que salió del funesto caballo, Ayax, quedó deslumbrado ante su belleza. Casandra corrió, ante su inminente persecución, hasta refugiarse en el templo de Atenea, en el que fue violada por el guerrero. Tras este hecho, la estatua de la diosa de la sabiduría empezó a retumbar; varios troyanos llegaron y al contemplar como temblaba furiosamente la escultura de Atenea y ver a la pobre Casandra ultrajada con sus ropajes rasgados, mataron a Ayax lapidándole a pedradas.
Áyax y Casandra por Solomon Joseph Solomon , 1886.
Fue finalmente secuestrada por los aqueos y entregada como concubina a Agamenón, que se enamoró de ella al instante. Tras su violación, incapaz de responder al impulso masculino de su pareja, se limitó resignadamente a seguir con su existencia adelante, con un vacío interior silencioso y descomunal. Quedó embarazada de gemelos, y la maternidad le devolvió la ilusión. Pero una nueva visión lo enturbió todo y le dijo a Agamenón que su esposa, ayudada a su vez por su amante, daría muerte a ambos. La tomó por loca y no la creyó. Finalmente, así murieron, como Casandra predijo, si bien sus dos hijos gemelos sobrevivieron y ninguno de ellos heredó su fatal don profético.
La facultad de Casandra era inútil porque no iba acompañada del don de la persuasión. ¿De qué serviría avanzar desastres si los demás no dan credibilidad alguna al que los profetiza? Sólo para aumentar el dolor. ¿Se puede evitar un destino fatal si se tiene una precognición sobre el mismo? Si se pudiera, la profecía no se cumpliría finalmente, con lo que no existiría tampoco, salvo que se adivinasen desastres de todo punto inexorables.
Hay que tener cuidado con los regalos de los dioses.
Eric Shanower tiene una perspectiva psicológica moderna de Casandra en el libro Age of Bronze: Sacrifice . En él, la niña Casandra sufre un abuso por parte de un hombre que se hace pasar por dios. Este la amenaza diciéndola "¡Nadie te creerá!".
El síndrome de Casandra es un concepto ficticio, usado para describir a quien cree que puede ver el futuro, pero no puede hacer nada por evitarlo. En la película Doce Monos la Doctora Kathryn Railly investiga este síndrome y a aquellos que lo sufren. También sirve para describir la actitud de aquéllos que tienen el complejo de no ser creidos en sus vaticinios o predicciones.
Una persona con el sindrome de casandra siempre estará vaticinando desgracias. Es probable que en algunos casos estas desgracias lleguen a suceder, causadas por la propia actitud negativa del sujeto, fenómeno denominado "profecía autocumplida".
http://es.answers.yahoo.com/question/index?qid=20060619172455AAzSuP3

CASANDRA (Ismael Serrano)



Interprete: Ismael Serrano
Disco: Sueños de un hombre despierto

Casandra vio en sueños el futuro
en la sombra de una pesadilla Casandra leyó
los versos de ese poema que aún no han escrito
los dioses que riendo la hirieron con su maldición.

Supo del hambre y de las guerras de siempre
de bufones celebrando el odio bailando entre hogueras,
de despedidas y de monstruos minerales
bebiendo insaciables la savia dulce del planeta.

Casandra vio a hombres y mujeres dormitando en sus burbujas
tras las máscaras del miedo, más también vio la luz del alba
asomar por la cancela que nadie jamás abrió.

Supo que aún quedaban esperanzas,
que otros sueños la esperaban.
Casandra habló a todos de sus sueños
más nadie la oyó.

Nadie creyó en Casandra y sus visiones
y la gente sólo vio en su augurio delirio y locura
la condenaron a vagar perdida y sola.
Herejía es mostrar la verdad descarnada y desnuda.

Abandonada, tras los años la encontró
un muchacho que andaba buscando esperanza y respuestas
Casandra habló con pasión de sus presagios
y de la luz del amanecer brillando tras la puerta.

Creo en ti Casandra, no estás loca.
Se besaron y en su boca florecieron madreselvas.
Dulce Casandra ponte de pie
yo te he conocido antes
quizá te soñé.

Hay quien duda ya y cree en la leyenda
juntos buscarán la puerta,
dulde mañana, yo no sé tu
creo en Casandra.

Hay quien duda ya y cree en la leyenda
Juntos buscarán la puerta,
dulce mañana, yo no sé tu,
creo en Casandra.

Casandra

En soledad, clavada de agonía,
vivo mientras la voz clama y augura,
por carecer, para mi desventura,
de credibilidad mi profecía.

Es mi palabra admonición sombría
de la amenaza trágica futura,
oída, no escuchada...Qué locura
tener a un sordomudo por vigía.

Oigo el grito de horror en cada canto,
detrás de la sonrisa veo el llanto,
y en la opulencia el fuego destructor.

¿A qué fin se me han dado estas visiones?
Soy la Sibila de las destrucciones,
considerada menos que un rumor.

Los Angeles, 2 de marzo de 1999





http://www.poesiadelmomento.com/luminarias/mitos/43.html

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