miércoles, 14 de marzo de 2012

El ejercicio modifica el ADN 14/03/2012


Investigadores de Dinamarca y Suecia han descubierto que la práctica de ejercicio físico puede alterar el ADN (ácido desoxirribonucleico) en cuestión de minutos. Aunque el código genético subyacente no se modifica, en las moléculas de ADN de las células musculares se producen cambios químicos y estructurales muy concretos. Pueden sumar o restar marcas de grupos metilo en secuencias concretas y familiares de ADN. El estudio, publicado en Cell Metabolism, recibió una subvención para investigadores avanzados del Consejo Europeo de Investigación (CEI) mediante el Programa Ideas del Séptimo Programa Marco (7PM) de la UE.

Los investigadores participantes, dirigidos por el Instituto Karolinska (Suecia), evaluaron la influencia del ejercicio físico en el ADN de personas sanas aunque no habituadas a la actividad. Según el equipo, las modificaciones epigenéticas del ADN en ubicaciones concretas parecen ser un componente básico de los beneficios fisiológicos del ejercicio.

«Nuestros músculos son muy plásticos», explicó la profesora Juleen Zierath del Departamento de Cirugía y Medicina Molecular del Instituto Karolinska. «A menudo se afirma que de lo que se come se cría. Pues bien, los músculos se adaptan a lo que se hace. Si no se utilizan se pierden y este es uno de los mecanismos que hacen posible ese efecto.»

Los descubrimientos apuntan a que el ADN de los músculos esqueléticos extraído de una persona que ha realizado un ejercicio durante un periodo de tiempo corto posee menos grupos metilo que antes de comenzar el ejercicio. Las alteraciones también surgen en zonas que ejercen como espacios de atraque para distintas enzimas denominadas factores de transcripción. Éstas influyen en la estimulación de genes básicos para la adaptación de los músculos al ejercicio.

La profesora Zierath indicó que los factores de transcripción son como llaves que abren genes del organismo. Cuando los grupos metilo se ubican con firmeza, estas «llaves» no pueden entrar en las «cerraduras» de ADN. La situación es muy distinta cuando los grupos metilo no se encuentran en su lugar, permitiendo que las llaves abran las cerraduras y aumenten la capacidad de trabajo de los músculos.

«Se sabe que el ejercicio induce cambios en el músculo, como por ejemplo un aumento del metabolismo del azúcar y las grasas», afirmó el profesor Zierath. «Nosotros hemos descubierto que los cambios en la metilación son los primeros en producirse.»

El equipo contrajo músculos en placas de Petri y descubrió una pérdida de grupos metilo. Además expusieron los músculos a cafeína y descubrieron que se producía el mismo efecto pues esta sustancia inicia la emisión de calcio de forma que imita la contracción muscular producto del ejercicio. Cabe reseñar que el equipo no recomienda el consumo de café en sustitución del ejercicio pues no existen indicios claros de que la cafeína genere los efectos beneficiosos que posee el ejercicio para el organismo.

«El ejercicio es un fármaco y parece también que para alterar nuestro epigenoma y disfrutar de una salud mejor no habría más que echarse una carrera», explicó la profesora Zierath.

Al estudio contribuyeron expertos de la Universidad de Copenhague (Dinamarca) y la Universidad de la Ciudad de Dublín (Irlanda).

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