miércoles, 14 de marzo de 2012

Reset

 Las personas podemos cambiar en días. Como decía Heráclito, no te bañarás dos veces en el mismo río, porque el río ya no será el mismo. Los seres humanos también podemos morir en días, como decían los romanos: "mors certa, hora incerta"

Es bueno separar la realidad de la fantasía del modo más radical. Pero... ¿qué pasa cuando ambos planos se han interferido mutuamente? Mejor dicho, qué ocurre cuando descubres definitivamente que has estado creyendo en un vacío que te estaba mintiendo desde el principio. Y encima te sientes culpable de haber pensado que era verdad. Todo fue hueco, probablemente tú lo inventaste y no te habías dado ni cuenta... Hasta ahora.

Cuántas cosas nos inventamos las personas para vivir. ¿Cuántas? No habría ningún problema si fuéramos como la bella durmiente y jamás despertáramos. Sería perfecto si nunca abriéramos los ojos. Pero la realidad llega un momento en que te pega una dentellada en plena yugular, y claro, así es imposible no reaccionar. Y es entonces que entiendes que cuanto más alto subas, más dura será la caída. Y se te vienen a la mente los hiper-lúcidos versos de Almafuerte:

"Que nunca te han querido
Por más besos de amor que te hayan dado"
"Vive la vida plena, pero muerto"
Te ha estado traicionando la niña interna. La que jugaba al hula-hoop y se creía portero de fútbol. La que veía mangas que nunca volverán a existir ni a estar de moda como Mazinger Z o El Comando G, llenos de optimismo y de hérores e heroínas deslumbrantes. Y te toca asesinar a la niña, que empieza a ser patética y ridícula en tu devenir de mujer. Y convenir con Rubén Darío en la nada, en lo fatal:

Dichoso el árbol que es apenas sensitivo
Y más la piedra dura, porque ésa, ya no siente
Pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo
Ni mayor pesadumbre que la vida consciente...
No reveles tus sueños. Se esconden matarifes de alas tras cada esquina. Sólo pueden crecer como arcanos hondos en lo más recóndito de tu mente. Necesitas soñar. Sueñas, como dijo en su día Ana Obregón, con no dejar nunca de soñar. Pero ponle un muro defensivo a los sueños, y metételos muy adentro.

Una vez vi un capítulo muy interesante de Star Trek. En él, mi admirado capitán Kirk, se desdobla en un Kirk químicamente bueno al ciento por ciento, y otro completamente malvado. Pues bien, la solución no era matar al lado oscuro de Kirk, puesto que el noble era indeciso, irresoluto, débil y cobarde. La resolución del problema estribaba en integrar el lado negativo, que era el más fuerte, con el positivo

Efectivamente. Así es. La fuerza quizá venga de nuestra parte más "malvada"...

Cuando las cosas entran en crisis, haciendo honor a la etimología, es el momento de cambiar...

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