domingo, 11 de marzo de 2012

Aurora y Titón

 

El amanecer
eternamente joven
te saluda fiel

(Haiku)


La bellísima y rubia diosa del amanecer, Aurora, que preparaba todos los días del mundo el camino a Apolo, el dios del sol, para que todo lo iluminara, se enamoró del joven príncipe troyano Titón.

 
Cauta, pidió permiso a los dioses para desposarse con él, y una vez concedido solicitó para el que ya iba a ser su esposo la vida eterna, para que como ella, nunca murieran y estuvieran siempre juntos. Aurora, como todos los dioses, nunca envejecería: siempre permanecería joven e inmortal.

Pero Titón fue madurando hasta llegar a la senectud (craso error de la risueña Aurora: pidió para su consorte vida eterna pero no edad inmortal), y al no morir nunca, como resolvieron los dioses, fue precipitándose hacia la más triste decrepitud.

Aurora perdió su risa, y apática abría todas las mañanas los cielos a Apolo. Reparó en que ya sólo lo que amaba en su marido no era sino un recuerdo, una figura que ya sólo existía en su memoria, pues no soportaba al anciano en que se había convertido su otrora vigoroso marido. Por demás, le atormentaba el hecho de verle abocado a un deterioro progresivo sin fin, pues no podía morir.

Para evadirse comenzó a frecuentar el monte Himeto, en el que halló a un joven cazador, Céfalo, del que se enamoró apasionadamente y al que finalmente haría su amante.

Esta historia nos hace reflexionar sobre el paso del tiempo, y sobre todo, si el amor puede resistir su feroz embestida. Tal vez si hubiese pedido para su esposo juventud sempiterna, otro hubiera sido el desenlace.

Inmortality, Celine Dion


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...