domingo, 1 de abril de 2012

¿Es nuestro auto-concepto cerrado?



Ya Unamuno se planteaba el problema... yo soy la suma de quien soy, quien creo ser, quien ven los demás, la que me gustaría ser y como me ve Dios.

Jung, más incisivo, decía, clavando sus serenos y lúcidos ojos en el objetivo de la cámara: "¿Quién eres tú? ¿El que va por las mañanas al trabajo? ¿El que eres con tu familia? ¿El de tus amigos? En verdad te digo que no eres ninguno de ellos, son todas estas personalidades máscaras. Tú estás más adentro, enterrado en tu subconsciente, donde habita tu verdadero ser". Y Jung nos explicaba que esta sustancia nuestra es colectiva. No somos tan individuales como nos creemos: de hecho, en la mayor parte de nuestra Historia, hemos sido tribu y no individuos. Jung concluiría que el yo no es sino una noble lucha por liberarse de las presiones sociales y las procedentes de nuestros instintos más subterráneos: "algo que pugna valientemente por emerger y librarse de sus cadenas, internas y externas"
Pero no se trata de saber quién somos, sino quiénes creemos ser, esto es lo que denominamos "auto-concepto". No nos influye tanto la realidad per se como la lectura que hacemos de la misma. ¿Quién creo ser yo?

Los psicólogos sociales, en mi opinión, están muy liados con este tema. Ni ellos mismos se terminan de aclarar: ¿nuestro auto-concepto es nuestro, es el que nos forjan los demás, 50%-50%? "Si me etiquetas, me niegas". En este punto me interesa ahondar, porque es el que concita un mayor consenso. El auto-concepto siempre está in fieri, como decimos los juristas, o sea, "haciéndose", nunca está concluido del todo, no es una obra cerrada. Alguien puede cambiar para ajustarse al ideal que otra persona tiene de su idiosincrasia. Es lo que ocurre con el fenómeno de la "profecía autocumplida". Como aquel cuento de la esposa fea a la que el marido, amante y masculino, llamaba preciosa a diario. Ella empezó a comportarse como si lo fuera, fue dando pasos para ajustarse al concepto de su pareja, y se volvió hermosa. Nuestro auto-concepto es plástico, no está "in facto esse" o hecho de una vez por todas y para siempre.

Si podemos ser quien otra persona quiere que seamos, también podemos ser quienes queremos ser nosotros mismos. Nosotros,"hic et nunc", aquí y ahora, estamos construyéndonos. Como leí una vez: "el hombre es la obra más difícil de hacerse, puesto que es a la vez mármol y escultor"


Es tu voluntad libre la que te hará elegir ser una persona u otra. Cuidado con lo que piensas de ti mismo, acaba haciéndose realidad...



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