sábado, 9 de junio de 2012

¿Es el estrés una emoción? ¿Es tan malo el estrés?



Estrés. El mal de nuestros días: diagnóstico frecuente. Numerosos casos de excesiva actividad. Según la Ley de Yerkes-Dodson , contrariamente a lo que suele pensarse, no a mayor activación o despliegue energético más alto rendimiento. Al contrario, la curva del rendimiento es una U invertida, de tal modo que a alta hiperactividad corresponde simplemente mayor ansiedad y desorganización, sin embargo, cuando la activación es media, el rendimiento es el mejor posible, el óptimo: lo que produce un mejor resultado es un nivel de actividad equilibrado, no uno desaforado o muy elevado.
El estrés es adaptativo, y no, no es una emoción, aunque sí que es un proceso íntimamente relacionado con las emociones.
No, el estrés no es tan malo: en principio, permite movilizar la suficiente energía para adaptarse a situaciones difíciles. El problema del estrés es su persistencia... Hay que evitar su cronificación.
Seyle definió en este sentido el Síndrome General de Adaptación, compuesto de tres fases:
1) Alarma
2)Resistencia
3)Agotamiento. Si persiste el estrés o las condiciones estresoras, el organismo se agota, no tiene más fuerzas para mantener la altísima activación, pudiendo en último extremo llegar al estado de coma y a la muerte.
El estrés está íntimamente relacionado con la homeostasis: el estrés perturba la misma, desequilibra al organismo a la larga, y es entonces cuando se requiere un esfuerzo equilibrador.
Una relación del estrés con las emociones se refiere al recuerdo:
El estrés te hace perder memoria... ¿de cualquier tipo?, no. Te atenúa los recuerdos conscientes, pero al propio tiempo facilita la formación de los recuerdos emocionales no conscientes.



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